¿Por qué mis gallinas no salen del gallinero?
Aunque pueda parecer una pregunta extraña, es sorprendentemente frecuente, sobre todo en los hogares donde se adoptan o compran gallinas por primera vez.
Cuando se adquieren gallinas por primera vez o se añaden nuevas gallinas a un rebaño ya existente, los animales pueden sentirse enormemente abrumados al principio. Supones que les has ofrecido un entorno seguro y agradable, pero, por lo menos al principio, no es así.
Intente imaginar la situación desde el punto de vista de las gallinas: están en un gallinero desconocido, en un entorno extraño, con gente que no conocen y otras gallinas que podrían reaccionar agresivamente. Todo lo que ven, oyen y sienten es de pronto diferente. No es de extrañar que los animales quieran quedarse en su gallinero.
A continuación, imaginemos que estas nuevas gallinas han pasado toda su vida en un establo; quizás rodeadas de miles de otras gallinas que les ofrecían cierto tipo de seguridad. Eso significa que la vida al aire libre les parecerá muy ligera e irreal comparada con lo que están acostumbrados.
Puede llover, nevar o hacer viento; todas situaciones que estos animales nunca han experimentado antes y que les harán sentirse confusos y asustados.
Ten en cuenta que todas las formas de aves de corral son animales de presa. Eso significa que otros animales las cazan y/o matan para alimentarse.
Pero una vez que las gallinas se acostumbren al exterior, querrán estar fuera el máximo tiempo posible.
¿Qué puedo hacer para que mis gallinas salgan del gallinero?
Todos queremos que nuestras gallinas salgan a comer, beber y explorar. Aunque al principio se pongan nerviosas, hay muchas cosas que puedes hacer para que se sientan más seguras y tranquilas.
Por ejemplo, recomendamos no permitir que perros ladradores, niños ruidosos y/o gatos curiosos tengan acceso a las gallinas durante los primeros días.
Los empleados de la granja, por ejemplo, deben estar siempre en silencio en los establos e intentar evitar movimientos bruscos, aunque los animales estén acostumbrados a las personas. Por supuesto, no debemos esperar lo mismo de los niños. De hecho, la mayoría de los niños son todo lo contrario: están llenos de energía y corren, saltan y/o gritan. En tales situaciones, puede ser una buena idea informar a todos en casa de que las gallinas necesitan cierto tiempo para adaptarse a su nuevo entorno.
Pero no sólo los niños corriendo pueden suponer un reto; también los perros.
Las gallinas son animales de presa y lo saben muy bien, por lo que la presencia de un perro puede asustarlas. A su vez, a los perros les encanta descubrir cosas nuevas en el jardín y olisquearán con avidez el gallinero y el corral. Por lo tanto, es importante seguir un plan gradual para que el perro conozca a las gallinas y viceversa.
No obstante, te recomendamos que estés siempre alerta. Al fin y al cabo, los perros son depredadores por naturaleza e incluso el más tranquilo puede ver cómo su instinto de presa se despierta repentinamente cuando una gallina agita las alas.
Además, a mucha gente parece preocuparle combinar gallinas con gatos; sin embargo, en este caso no hay que alarmarse tanto como con los perros. Si las gallinas tienen un buen tamaño Y el gato está domesticado, es mucho más probable que las gallinas se resistan al gato que viceversa. Si el gato es salvaje, debe tener la misma precaución que con los animales salvajes de tamaño similar.
En resumen, cuanto más tranquilo y silencioso sea su espacio exterior, mejor. Por supuesto, esto también es sólo temporal, hasta que ganen confianza y vean las ventajas de vivir fuera del gallinero.
Tal vez quieras colocar temporalmente una sábana, manta o lona para que el corral resulte un poco más seguro para las nuevas gallinas. Sin embargo, si piensas dejar que tus gallinas campen a sus anchas, quizá debas pensar en crear un pequeño corral provisional que sirva de puente durante los primeros días y facilite la transición. Evitar que otros animales domésticos se asomen al corral puede ayudarles mucho a adaptarse.
Si ya tienes otras gallinas, conviene mantener separadas a las nuevas durante los primeros días para que se acostumbren al entorno con tranquilidad. Las gallinas ya presentes pueden comportarse de forma bastante agresiva con las recién llegadas mientras establecen el orden jerárquico. A menudo se impondrán negando a las nuevas gallinas el acceso a la comida y el agua, con lo que los nuevos miembros se debilitarán y serán susceptibles de contraer enfermedades.
En general, se recomienda mantener separadas a las gallinas nuevas -si es posible- durante 14 días. No sólo para darles la oportunidad de asentarse, sino también para garantizar que -los posibles parásitos o enfermedades- puedan controlarse más fácilmente. Nuestro corral está perfectamente preparado para ello.
Si observas que las gallinas aún dudan en salir del gallinero por la tarde, levántalas con cuidado y ponlas cerca de la comida y el agua. Nunca pongas comida ni agua dentro del gallinero, ya que no sólo ensuciarás el gallinero, sino que también puedes atraer animales no deseados.
En resumen, las gallinas agobiadas pueden ser un poco como los adolescentes agobiados. Si les das de comer en su habitación, puede que decidan no volver a salir, y sabemos que a ambos grupos les vendría muy bien un poco de aire fresco y desplegar sus alas.